domingo, 19 de junio de 2016

A Chávez le molestó el discurso.






02 de Febrero de 2016


Al momento de hablar de crisis en Latinoamérica creo que Venezuela tiene la primera palabra en estos tiempos tan rudos. Más allá de una economía dependiente, de una política escabrosa, existe lo que se puede denominar como la causa de todos esos lamentables efectos, y me refiero al problema social que afecta a la población venezolana. El tiempo ha pasado en vano, es lamentable aceptar que más allá de esa politiquería barata y esas tristes proyecciones económicas que no han cercenado el cordón umbilical del crudo, ese oro negro que ha enriquecido y ha enfermado a toda una nación, existe un triste y acentuado problema de instrucción, que en mi opinión, es una acentuada contrariedad para una sociedad que creía haberlo visto todo, pero que no había visto nada.

Arribamos de un pasado corrupto que a duras penas y con paños de agua caliente intentaba minimizar la descompuesta idiosincrasia de los gobernantes de turno. Debemos ser sinceros, debemos reconocer tanto lo bueno como lo malo y aprender, porque estaríamos dejando de lado muchos escenarios que de alguna u otra manera están vinculados con el triste escenario actual. Me refiero a los años 80 o a los mismos 90, unas décadas que marcaron duramente el futuro de nuestro país, pero: ¿Fue ese el momento justo para reflexionar? o por el contrario, ¿debíamos vivir todo esto para poder hacernos y respondernos preguntas? Yo pienso que lo merecíamos, y me integro porque soy venezolano, si lo vemos desde otra perspectiva, yo ni siquiera había votado por ADECOS o COPEYANOS, ni conocía a la tan mencionada cuarta, pero si me ha tocado empaparme de la quinta en todas las etapas del ser humano, y espero que no sea en la etapa completa. Como quien dice, todo aquel joven de inicio de los 90 en adelante está pagando duramente los pecados ajenos de un pueblo sin memoria política.

Incluso en aquella última década agonizante Olavarría habló claro, un político, abogado, periodista e historiador venezolano, y lo hizo antes de morir, eso fue a principios de la denominada revolución, y para muchos fue un show mediático. Me gustaría saber en este preciso momento qué opinan, qué piensan esas personas ahora de aquel día en que el difunto Olavarría le entonó a capela al pueblo venezolano todo lo que íbamos a vivir si se dejaba avanzar ese nuevo sistema de gobierno que se pensaba implementar. Fue en aquel derogado Congreso de la República, hoy Asamblea Nacional, que en mi opinión no es más que el set de una comedia muy vinculada con una teleserie Española, muy buena por cierto: Aquí no hay quien viva, solo que en Venezuela el remake político lo denominarían: Aquí no hay quien mande, en fin, aquel 5 de julio del año 1999 el nuevo presidente de Venezuela se encontró de frente con un discurso casi profético de quien en meses anteriores había apoyado su candidatura política, pero que ahora como quién despierta de una pesadilla, la da a conocer a viva voz y en uno de los escenarios más reverenciados y notorios de las décadas pasadas en Venezuela. Olavarría con una impecable dicción y un memorable tono de voz describe punto por punto lo que viviría el país en épocas no muy lejanas,  a Chávez le molestó el discurso, y como a él a muchos más, que en aquel momento abandonaron el hemiciclo, entre ellos su esposa, la cual se había sentido ofendida por las palabras de aquel hombrecillo intelectual, pero sería la historia quien la pondría contra la espada y la pared.

Venimos arrastrando muchos errores, que como humanos se vale tener, venimos de pueblos con hambre que poco a poco han ido fortaleciéndose con duro trabajo y dejando atrás la dependencia. Quisimos sacar los pies del barro, creíamos que lo estábamos haciendo bien, pero la vida se encargaría de cobrarnos con creces el carácter tan inocente del venezolano. Más allá de apoyar o no candidaturas políticas de índole militar que arrastran historiales de resentimiento y crisis insostenibles, el país tenía que apoyar y apostar por un verdadero cambio cultural, un cambio social para que así se pudiera comprender que los militares van para los cuarteles y los que tienen que hacer política que hagan política.

“Los hechos de hoy plantean ante la conciencia moral de los venezolanos de hoy la obligación de hacer algo por lo que hoy amenaza la esperanza de cambiar lo que hay que cambiar , pueden hacer y van a hacer retroceder a Venezuela a un ayer, cuyos atavismos de violencia están latentes y solo falta alguien que los despierte. Y alguien los está despertando. Mañana nadie podrá declararse eximido de responsabilidad, si hoy cada quien no asume la responsabilidad que le corresponde. Sin egoísmos, sin cobardías.”
Jorge Olavarría
Discurso de orden en el Congreso Nacional.

05 de Julio de 1999

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