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domingo, 21 de abril de 2013

Un río en El Sahara

Un rio en El Sahara

Mientras caminaba por aquel solitario paraje, era de día, era de noche, estaba claro y estaba oscuro, todo me daba igual, todo aquello que veía a mi alrededor no sabía si era verdadero o falso, solo sabía que era, que estaba y que de alguna forma no parecía acabar.
Llevaba conmigo solo mi inmunda ropa, llevaba conmigo un inmenso cansancio, mi frente perlada en sudor, y un apetito voraz que no sabía con que saciar. Ya hacía mucho que estaba caminando, no sabía a dónde ir, no sabía por qué seguir andando por este yermo paraje que solo me llevaba a mi ruina total.
No tengo un nombre sencillo de pronunciar, por ello no lo pronuncio, no tengo ganas siquiera de avanzar pero aun así mis piernas siguen deambulando sin siquiera dejarme descansar, si es que esa es la palabra correcta, en este punto entre el aquí y el ahora no se ya lo que es correcto, mas nada podría agregar.
En medio de aquel erial solo había una espesa arena que se colaba entre mis ojos cansados, no podía levantar mis brazos para cubrir mi rostro ya que estos solo colgaban a mis costados como adornos de un árbol de noche buena, noche de paz.
Un día no se cual, no sé por qué ni mucho menos cómo pero mis ojos divisaron a la distancia lo que cualquier ser reconocería como alimentos, alimentos que necesitaba, alimentos que yo quería. No pensé ni un instante, corrí con las fuerzas de una animal que caza a su presa, corrí con las fuerzas que nunca pensé tener en aquel momento tan desgraciado, corrí y corrí, hasta que algo me detuvo, algo que no esperaba, pero que estaba allí, allí frente a mí.
-¿Por qué?- Fue lo único que salió de mi seca garganta, aquella pregunta que muchos nos hacemos pero creo que nadie tiene la dicha de encontrar la respuesta a ella. Quizás me considere especial la circunstancia, quizás más allá de todo esto yo era especial, no lo sé, lo único que sé es lo que escuche luego de que mi pregunta retumbara mis frágiles oídos:
-¿Qué harás?- Me interrogo aquella voz.- ¿Qué vas a hacer ahora?
No me moleste en contestar de inmediato, tan solo me propuse a buscar el origen de aquella fuerte voz que se dirigía a mí con tal naturalidad como si me conociera, como si me retara, como si supiera lo que sería capaz de hacer.
-¿Quién eres?
-No importa.- Respondió. –No es muy buena respuesta una pregunta. ¿Qué harás?
-No lo sé.
-¿Que quieres?- Inquirió.
-Tengo mucha hambre, desearía poder tomar aquellos alimentos.
-¿Qué te detiene?
-No lo ves. Es lo suficientemente grande para fingir no verlo, incluso extraño para este desierto.
-¿Quieres los alimentos entonces?
-Si
-Entonces por qué no vas por ellos.
-Acaso no ves el rio, o eres un ciego tonto.
- Por supuesto que lo veo, yo mismo lo puse ahí, yo mismo me encargue de tomar esos alimentos y los lance al otro extremo, yo mismo me encargue de traerte aqui. Fui yo quien te puso el hambre, fui yo…
-Eres un desgraciado, ¿cómo puedes hacerlo?
-Yo lo puedo todo.
-Entonces por qué no me traes los alimentos.
-Es simple, tú tienes una necesidad, quieres algo, y es por eso que tú debes buscarlo. Ya lo has encontrado, allí esta, solo debes tomarlo y ya está.
-No voy a repetirte lo del rio porque ya me has cansado. – Le dije enojado.
-Sí, es mejor así, las excusas no se pueden repetir más de tres veces porque se les nota la costura.
-No es una excusa, no es una mentira. Mira ese rio, su corriente es muy fuerte, y esas piedras se ven peligrosas y resbalosas, podría correr por ellas pero se me hace imposible llegar al otro lado.
-Entonces, no quieres los alimentos.
-Si los quiero pero…
-Tienes miedo. Si tu realmente quisieras esos alimentos no estarías aquí, estarías allá degustando, pero tu cobardía no te deja avanzar.
-¿Qué tal si voy y me caigo en el rio?
-Si eso pasa, tendrás que buscar la manera de salir de él.
-Para eso prefiero quedarme aquí y buscar otros alimentos, en algún lado deben haber otros, ¿no crees?
-Sí, lo creo, estoy muy seguro de eso. Pero… también se que así como este rio hay muchos más.
-¿Qué quieres decir?
-Te lo pondré fácil; imagínate que: Te vas a buscar otros alimentos, o te sientas a esperar que estos vengan a ti. Piensa que los buscaste y los encontraste y que también encontraste otro rio entre ellos y tu, qué harás, como vas a tomarlos.
-¿Por qué tantos ríos?
-No son solo los ríos, es lo que eres capaz de hacer por lo quieres, si ya una vez abandonas lo que quieres, así será siempre, nunca serás capas de dar nada por ello, y al final te darás cuenta que no has logrado nada.
-¿Pero si intento pasar el rio y muero?
-El intento es lo más cerca del logro que tienes, el intento es un sinónimo de logro para mi, y también debe serlo para ti.
Pensé en lo que me dijo aquella voz y obtuve muchas respuestas, pensé en todo, principalmente en mí, me vi y entendí por qué tan solo, porque tan escaso de recursos físicos y sentimentales, entendí por qué tenía hambre, por qué estaba ese rio entre los alimentos y yo, y por qué no avanzaba. Comprendí lo que me esperaba si continuaba así.
Hoy miro hacia atrás y observo, porque sí, tengo la capacidad de observar lo que una vez perdí por falta de coraje. Las dificultades son solo obstáculos que nos ponen en el camino tan solo para saber que somos capaces de hacer por lo queremos, para saber si damos, y si merecemos. La vida no es fácil ni en tu fecha de nacimiento ni al momento de tu muerte.
No seamos de esos que se sientan a esperar que las cosas lleguen y se resuelvan, seamos de esos que luchan por lo que quieren, de esos que no tienen vergüenza de decir Yo lo intente, de esos que dan todo por aquello que les quita el sueño. Seamos parte de una historia, una historia verdadera con características de vida, en donde cada final es un nuevo comienzo. A veces necesitamos hacer inventarios en nuestra vida para saber que tenemos y porque vamos a luchar de ahora y adelante. No se puedo dormir sin un sueño, no se puede levantar sin ganas, no se puede caminar sin saber adónde ir, y no se puede estar en donde no se quiere estar. La VIDA ES PASADO, PRESENTE Y FUTURO, no podemos negar ninguno de estos porque estaríamos escasos de implementos para avanzar.
Luis Mazzanti

La corta mente de una generación

La corta mente de una generacion.
Si fuesemos capaces de entregar un poquito de aquello que nos dan las cosas serian diferentes. Estamos ligados a los pecados ajenos, estamos segregados de los sentimientos. Hoy puedo decir que somos la burla constante de nuestro pasado, y el futuro sera el mismo siempre y cuando continuemos con este andar tan dañado, tan deprimente y tan denigrante.
No puedo comprender como se han perdido los sentimientos, como se han olvidado las entregas y como se pierde el verdadero valor de la vida. Mañana no sera diferente para ti si continuas con ese andar tan regresivo, porque si, ese camino es el que te conduce de nuevo a ese punto muerto donde te sentiste como un desgraciado. De ti esta hacer la diferencia, de ti esta saber que quieres y que quieres hacer por ello…
Luis Mazzanti

Carta de una Neófito

Carta de un Neófito

Yo solo quiero verte para decirte que te quiero y que quiero buscar la manera de estar junto a ti. No pude olvidarte en este tiempo que paso, y de verdad te digo lo intente. Yo solo quiero formar parte de tu vida y que tu formes parte de la mía. No se que es lo que quieres tu, y si, si me lo pregunto. Yo no me puedo ir sin antes intentarlo una vez mas. A mi me duele perder lo que quiero, y si dejo lo que quiero una vez, dejo lo que quiero para siempre. No siento que me humillo, yo solo siento. Lo hago así por ser mi única opción. Que quieres y que sientes tu?

Las ilusiones son sentimientos

Las ilusiones son sentimientos.

A veces es mejor mantener viva esa chispa de inocencia que tenemos desde niños, que matar nuestras ilusiones por culpa de una obligada realidad que arrastra con nuestros mas dulces sueños, entendiéndose por estos, como ese sentimiento que configuramos en una persona quizás equivoca, mas aquel verdadero error que vivimos en un momento, no debería arrastrarse. Vivimos de sentimientos, es por ello que debemos aprender correctamente de nuestros errores, señalando los limites del uno y del otro.
Luis Mazzanti

Ayer había...

Ayer habia...
Ayer había vivido tan corrientemente como aquel que cree que la muerte no es opcional, ayer había pensado que los deseos mueren y van a su propio cielo particular, ayer mi vida se había detenido en un instante poco claro que me hizo entender entre azotinas que la vida se resume en una muerte particular de los deseos mas puros que dan paso a los deseos mas vivos y equitativos que un ser humano puede experimentar. No es lo que yo quiera, sino lo que merezca? No es lo que tenga sino lo que me toca? Nos podemos equivocar mil veces y mil veces decirlo, para luego darnos cuenta que hasta en eso solemos equivocarnos, hoy en dia no es cuestión de que te equivoques o no, hoy en día es cuestión de experimentar un deseo y buscar las mil y un maneras de hacerlo real, no es cuestión de fallar, es cuestión de ir mas allá de lo que haces o hacías, es cuestión de marcar un paso, de emprender una vida, y de evitar esa cruel y cruda monotonía que nos envuelve en un circulo vicioso. No es mirar alrededor y hacer lo que ves, es emprender una acción propia, una manera distinta de actuar, un particular apego a tus creencias y un verdadero amor sin falsedad.
Luis Mazzanti

Muchos caminos y poco tiempo

Muchos caminos y poco tiempo.

Cuando creía que engañaba al mundo, cuando imaginaba las palabras exactas a pronunciar, cuando repetía constantemente una frase, quizás larga, quizás corta, en la que solo buscaba encontrar un poco de verdad, esa verdad elaborada, esa que solo a mi podía beneficiar. No buscaba hacer daño a nadie, solo quería escapar de una realidad tan superficial que solo yo podía entender. Señoras y Señores, yo quería mentir, pero me di cuenta que no es tan simple como parece, no son solo palabras, son también bajos sentimientos, es dolor y es odio, muchas veces contra otros, pero principalmente contra mi mismo. Darme cuenta que todo lo que intentaba hacer era algo totalmente en contra de mi propia moral que caía al suelo como una cristal, me hizo preguntarme qué era lo que realmente intentaba hacer… Ayer, mientras subía la montaña mas grande que por lo menos yo había conocido, pude darme cuenta de lo pequeños que podemos ser, lo insignificante e injustos con nosotros mismos. No se trata de quien es mejor, ni de quien es mas grande, ni mucho menos de quien miente mas, se trata de aprender, de valorar y de avanzar. No se por qué pero lloré, lloré como cual niño de ocho años que extraña a sus padres y que tiene miedo del mundo, lloré porque sentÍ la necesidad de hacerlo. Al cabo de unos minutos me senté a pensar en todo aquello que a mis cuarenta y cinco años había vivido y todo aquello que en mi había muerto, ver tantas alegrías pasadas y tantos ratos desperdiciado por tan solo una mentira… Fueron tantas personas las que vi, fueron tantas lágrimas derramadas, fue tanto el dolor de perder a un ser querido que no quería una cuenta regresiva, yo solo quería empezar de nuevo, desde cero, para esta vez aprovechar lo que la vida me da, y para no derrumbarme ante lo que se va. Sabia que ante todo esto solo podía recibir burlas de mi semejantes, ellos me creen idiota, loco y hasta quizás lo que ellos llaman inmaduro tomando en cuenta su errada filosofía. No le haces daño a tus semejantes con las mentiras, o por lo menos no solo a ellos, tu eres el blanco principal, tú que grande te crees e idiota que lo crees a él, tú que pronuncias una oración de mentira, tú que haces daño, tú que no valoras lo que tienes, tú que no amas, tú que odias, tú deberias darle un espacio a alguien que si quiera vivir. Muchas veces debemos darnos cuenta que ha llegado el momento de abrir el puño y lo que se tenga que ir que se vaya. Nunca es tarde para comenzar. Hay muchos caminos, pero poco tiempo para escoger.
Luis Mazzanti.

El ocaso de una pasión

EL OCASO DE UNA PASION
Quería y podía correr a tu lado, no era difícil, no era complicado. Todo aquello que me decías que era imposible, para mí no lo era, para mí era sencillo, mucho más de lo que tu pensamiento sobre mi prematura locura de amor imaginaba. Corría en círculos, cerrados círculos de los cuales no podía salir, quería correr de aquel espacio yermo que daño me hacía, que dolor me causaba y que de cuando en cuando creía me engañaba.
No eran tus falsas palabras lo que quería escuchar, no era tu experiencia la que quería vivir, no era tu pasado el que quería juzgar, yo solo quería caminar, caminar a tu lado y pensar en el porvenir, ese tan lejos pero tan cerca dependiendo de tu apreciación del tiempo, dependiendo de tu manera de vivir.
Caer como cual roca en las aguas de un rio salvaje, romperme como el cristal de un espejo manchado de tu sangre envenenada, tocarme con tus afiladas manos y hacerme mucho más daño del que puedes imaginar, solo eso eres capaz de hacer por mí, y aun así yo sigo aquí, de pie como cual rascacielos.
Me invitas a correr, correr y correr pero no sé hasta dónde llegar, lo hago tal y como me dices, corro y corro sin mirar, sin pensar y cuando abro los ojos, cuando creo que ya todo a terminado te veo al final del camino de pie como la primera vez y es allí, es así como todo vuelve a comenzar y yo dejo que pase a pesar de conocer el final porque creo poder cambiar las cosas pero el tiempo se encarga de demostrar mi error.
Me buscas como cualquier alternativa para fundir tu calor, me matas como a cualquier animal indefenso, soy parte de tu cadena alimenticia y haces de mí la alfombra de tu camino al pasar. Pasa el tiempo y no logro matar tu recuerdo, no consigo acabar con tu sombra que se ha vuelto la pesadilla más grande que estremece mis sentidos, eres un coctel de veneno, eres la ponzoña que por mi sangre corre, eres la manzana podrida, eres la musa que he de matar.
Soy consciente de que tu muerte me ha de doler, soy consciente de que seré los gusanos que jueguen con tu carne, porque separarme de ti seria como separarme de mí, pero aun así tu muerte he de planificar, he de acabar con mi dolor antes de que esta ponzoña haga su efecto, debo acabar con mi sueño y mi pesadilla.
Llorar sobre tu regazo y darme cuenta que tu corazón dejo de latir para mí, llorar y darme cuenta de que tu corazón jamás latió para mí, llorar y escarbar entre tus carnes para darme cuenta que tu corazón jamás estuvo allí.
Llevo tu cadáver arrastras, tu sangre corre pero no me llama, tus manos dobladas, esas con las que una vez fingiste tocarme, tu cabeza gira como la de cualquier muñeco sin vida, tus piernas no se mueven, me detengo, me detengo ya casi sin fuerzas, me desplomo a tu lado miro tus ojo abiertos y manchados por tu coagulada sangre, respiro por última vez y con lo poco que me queda de fuerzas me lanzo sobre tu pecho y te abrazo, un abrazo que durara el tiempo justo y necesario, el tiempo de un final, el final que ambos escogimos para adornar esta vida tan dañada.
Me perdiste y me perdí en el camino de un desgraciado desenlace.
Luis Mazzanti



Crónicas de una Tarde de Otoño

CRÓNICAS DE UNA TARDE DE OTOÑO
« Magnolia, ¡oh! Magnolia querida, quien diría que este sería nuestro último encuentro, quien hubiese imaginado tal escena tan triste, tus finas manos tan frías, tu hermosa sonrisa tan dormida y tu dulce voz tan muda.
¡Oh! Querida y dulce locura, querida ninfa de cabellos negros, querida y frágil Magnolia quien entre mis manos siempre fue como el vidrio, como aquel vidrio que jamás debí dejar caer, como aquel vidrio que en finos y brillantes pedazos se esparcieron delante de mi inmundicia. Mi adorada tan correcta, tan perfecta y tan esbelta.
De aquella tarde de otoño solo me queda el recuerdo, el recuerdo de un sentimiento tan mío, tan tosco, tan amplio y hoy sin duda tan yermo. Mi querida piedra blanda, mi adorada utopía, hoy emprendes una prolongada modorra, hoy vives la muerte, hoy inicia mi calvario y es hoy donde más extrañare tu sombra.
Te veo partir, lo sé, lo estoy viendo pero aun así no lo creo, no es cosa de no aceptarlo, es tan simple como creer que un ángel nunca a de morir, mucho menos un ángel bueno… ¡MAGNOLIA! Grito tu nombre a viva voz porque sé que no escuchas, tu nueva vida se llama muerte y las cosas han de cambiar, ya no será lo mismo de antes, ya no es igual, ahora es distinto porque tú has cruzado el umbral, no temas, no tengas miedo de nada porque aunque no esté presente y no me veas, siempre estaré allí para protegerte.
Este mundo siempre fue difícil para ti, este mundo te hacía daño, no nos dejaba estar juntos, nos separó a toda costa pero yo he de vencer su autoridad tan inflexible yo hare que todo lo bueno funcione tan solo para ti, tan solo por ver renacer esa sonrisa tan perfecta que solo de ti puede venir.
¡OH! Magnolia, el miedo me corroe pero aun así no me detendré, sé que hoy me odias pero te darás cuenta de que lo que ves no es lo que realmente es, todo lo que hago es por ti y para ti.
La muerte de tu madre fue un duro golpe lo sé, pero era justo y necesario, yo tenía que acabar con todo aquello que te oprimía, y ella lo hacía, ella era una larva que se posaba en tu cerebro y envenena tu sangre con su espesa ponzoña, ella debía morir como el gusano que era, sus garras ya no tocaran tu fina carne y sus animosos ojos jamás podrán juzgarte.
Ya no te veré llorar más, ya todo ha de acabar.
Descansa Magnolia, descansa porque todo el sufrimiento de aquellos pecados ajenos que pesaron en ti, ya no han de tocar tu intachable moral… »
La daga que atravesaba el corazón de Magnolia permanecía silenciosa, no había espacio para una palabra más, su amado Abelardo yacía al costado de aquel hermoso cadáver que reposaba sobre la sangre más viva que una persona podía emanar, la admiraba sonriente, besaba su mano y la paseaba por su rostro manchado de culpa, un rostro enfermo que solo veía el amor que de su amada nació. Aquella alma sin perdón aplaudía su acción como cual arista ama su arte y como todo artista estaba dispuesto a morir por ella y para ella.
Una daga sirvió para unir dos corazones, para cegarlos y para romper detrás de ellos una pasión sin sombras que tan solo quedara en el recuerdo de una tarde de otoño.
Luis Mazzanti

El amor de una Madre

El amor de una madre
Ya no eras nada en mi vida, no eras nadie, pero a pesar de que el tiempo y la distancia te mantenían lejos, a pesar de que mi moral gritaba que todo se había superado y podía fingir una sonrisa bonita delante de ti, yo aún tenía muchas ganas de matarte, no era un simple odio, era más que eso, saber que te habías burlado de mí y que estabas viviendo para contarlo. Eso no me hacía bien, saber que existías no me hacía bien, eres la caja de pandoras que nunca debí abrir, mi salud mental se deterioró con el recuerdo de cada palabra que pronunciaste y con cada recuerdo de un falso sentimiento que elaboraste para engañar un alma pueril que quería jugar a la fortaleza, pero no, no es tan sencillo como se dice, es cuestión de honor: yo amo, yo siento, yo hablo y yo padezco todo el dolor que sembraste en mi con tu falsas palabras.
Extraño, eres un extraño al que quiero matar, son muchas las imágenes que se cuelan en mi mente, imágenes frescas y tan oscuras como la boca de un lobo, yo no soy capaz de seguir viviendo así, sabiendo que existes, sabiendo que ríes y que buscas de manera detenida tu próxima víctima. ¡Oh! Querido dolor de cabeza que profanas la falsa calma de esta noche de verano, no me deja pensar bien, golpeo mi cabeza con ambas manos y el dolor se aviva. Yo no soy capaz de dejarte vivir, no soy capaz de dejarte vivo y olvidar, yo no puedo seguir fingiendo que todo lo que sucedió era lo que tenía que suceder, yo tengo que saber más, tengo que buscar más entre tus cenizas, debo oler tu sangre, pisotear tu pasado, tengo que saber quién te creo y debo eliminar esa máquina de basura para que el mundo no se vea amenazado por una raza de estiércol que lo único que traerá a esta vida será la miseria de seres sin almas que no podrán expresar lo que sienten por miedo a ser abofeteados por la vida.
Voy a matarla primero a ella, la degollare como a cual cerdo, ella es la culpable de traerte a este mundo y yo seré el héroe que acabe con la plaga, esa peste indeseable que quiso acabar conmigo, pero solo hirió un poco mi mente, aunque a veces yo mismo puedo controlarla sin medicamentos (risas) ella me controla a mí en un ciento por ciento.
Aún estoy pensando qué haré con tu cabeza, no es sencillo escoger un lugar justo para un trofeo tan meritorio, la adornare con mis lágrimas, esas que aun brotan de cuando en cuando por el recelo que tengo de haber sido tan idiota como para querer prolongar esos 15 minutos de sexo a toda una vida juntos, fui el más idiota entre los idiotas del huerto de manzanas podridas que ni yo mismo sabía que existía detrás de mi pequeña morada en el barrio de la esquina. Manzanas, barrios, idiotas, nada de esto tenía sentido pero solo podía escribir lo poco que de mi mente brotaba yo no podía hacer más nada ya no podía pensar con lucidez, todo me costaba, me pesaba la conciencia aun sin haberte pasado el cuchillo por la garganta. Qué haría con la sangre (risas) no me acordaba de ella, es que la imagino, la imagino tan bien como si la estuviera viendo. Debo planear todo bien si quiero que las cosas sean excelentes, así me decía mi madre y ella era muy inteligente, lástima que tuvo que irse… por que tuvo que irse mi madre, ella era tan buena, ella era la única que podía entenderme, ella me quería, yo lo sentía en sus carisias aunque digan que eran inapropiadas, a mí me gustaban, me gustaba porque ella se sentía feliz cuando jugaba conmigo, es cierto, yo me sentía extraño, nadie nunca había jugado conmigo de esa manera, ella fue la primera y luego tú, que cosas no, debo deshacerme de todos los que jugaron de esa forma extraña conmigo, primero ella y ahora tu… pero ella me dijo que tú eras bueno , solo en eso te equivocaste madre, y ahora te fuiste.
No quiero dejarte vivo ni un segundo más, necesito verte morir para sentirme bien conmigo mismo por lo menos una vez en mi vida.
Ya sé, aun me buscas para calentar tu entrepierna, usaré ese momento para acercarme, no sé si hundirme de nuevo en tu entrepierna y jugar como siempre con mi boca, eso es lo único que disfruto, o si ir directamente a pasear mi cuchillo en tu garganta, luego profanar tu carne repetidas veces para asegurarme de que estés muerto.
No sé cómo matarte… pero debo hacerlo para liberar todo este sufrimiento que hay en mí.
Todo es tan confuso para mí…
No sé qué hacer.
Lo vi entrar en mi habitación, venia como siempre, la camisa desabrochada, los pantalones anchos y ese cabello tan despeinado. Se quitó la ropa tan deprisa que no me dio tiempo de disfrutarlo, se lanzó sobre mí y comenzó a tocar mi cuerpo, besar mi cuello, acariciar mis partes, yo comencé a llorar, necesitaba a mi mama, no sabía qué hacer.
-¡Mami! – Comencé a gritar varias veces. Pero ya era demasiado tarde, no podía hacer más nada, ella no vendría, no, todo se había acabado, levante el cuchillo que escondía bajo una almohada y se lo clave en la espalda repetidas veces. Gritabas de dolor pero no podía detenerme, no era justo para mí, yo solo podía reírme a carcajadas, te estaba viendo morir, al fin estaba haciendo algo bien, tu sangre me adornaba las manos, estabas muerto. Tú escondías a mi madre, tú la escondías a ella. Tú me mentías, me decías que ella no me quería, pero ella si me quería y no sabes cuánto.
Dos policías discutían el hecho, había dos cuerpos en aquella habitación, uno con vida y el otro en un mundo paralelo en donde solo existía un YO.
- El joven está demasiado mal, esta desquiciado. Se llama Gail, Gail Fabeiro.
- Y… ¿la madre?
- La madre está muerta, aun no comprendo por qué estaba vestida como hombre, salta a la vista que el la mato con ese cuchillo, pero no comprendo.
- Voy a hablarle.- Se acercó al joven.- Gail, ¿qué sucedió?
El joven miro al policía con una mirada de ojos reventados en sangre, tardó en responder mirando el cadáver en la habitación:
- A veces la vida nos pone en el camino cosas buenas y cosas malas, muchas veces no nos damos cuenta que esas mismas cosas buenas con el paso del tiempo pasan a formar parte de las malas y viceversa. Yo solo hice lo que tenía que hacer. Que le puedo decir oficial: Hay personas que no saben valorar el amor de una madre.
Luis Mazzanti

Después del golpe

Después del golpe
Hacia cero, hacia el momento final, hacia lo conocido y lo desconocido, hacia una posible muerte, una posible tristeza o quizás una posible felicidad.
Habíamos planeado tanto ese momento, la esperanza estaba presente, pero también el miedo, el miedo a eso que no conocemos, el miedo vulgar, ese que hasta el mas fuerte experimenta.
Después de mil tristezas parece que la luz se encuentra al final, pero que hace aquel que no confía en las predicciones simples de un mortal. Había llorado mil veces y reído quinientas mas, no hay nada estable, pero si existe el deseo de cambiar todo lo vivido aunque sea un miserable intento, aunque sea una vez en la vida, quizás fracase, quizás me toque llorar, pero me voy con la fortaleza del intento y sé que en adelante muchos caminos se abrirán.
Hoy tengo miedo, sin mucha diferencia de ayer, aunque sé que el miedo no existe, hay algo dentro de mi que se ajusta a su elaborada descripción.
Si me haces daño me voy con la ilusión de haber vivido algo a tu lado, si me haces feliz estaré y sé que en un punto huiré, pero me iré con la ilusión de haber vivido por primera vez.
El que llora después del golpe es solo porque quiere, porque luego de él solo queda una gran enseñanza, solo queda aprender.
Luis Mazzanti
 05/08/2010

Las hermanas Bubbie Primera Parte

Las hermanas Bubbie
Había pasado ya mucho tiempo desde la ultima vez que lo había visto, la realidad para un simple mortal que no conoce de amores o pasiones, es que solo habían pasado seis meses, solo una mitad de aquello que conocemos como año. Eran poco los días quizás para decir “Mucho tiempo “ pero quien toma en cuenta realmente el tiempo cuando se extraña.
Mi mente había sido durante todo aquel periodo una especie de campamento en el que mis mas dulces y vivos sentimientos jugaban a formar imágenes divertidas en las que los protagonistas eramos Piere y yo.
A pesar de que grandes ilusiones traían consigo grandes penas, para mi el ilusionarme con él era una forma de vida, quizás dolorosa para algunos o tal vez un tanto obsesiva, porque si, no faltaba aquellos que me obsequiaban un consejo, uno que no pedía, pero que sin embargo obtenía.
Para mi amiga Raquel aquellos recuerdos que me oprimian, hacían solo eso, oprimirme en cualquier forma posible, objetaba mi falta de interés por un cambio y también la falta de amor hacia mi misma, pero era mas fuerte que yo, durante años había estado muerta por la vil opresión de mi madre, pero ante su llegada, ante su presencia, esa que quizás no esperaba para aquel momento, pero que sin embargo llego y llego para hacerme sentir y cuando digo sentir pretendo hacer énfasis en vivir.
“Fue hace tan solo seis meses, seis largos meses de haberlo conocido, y de alguna manera siento que lo había esperado toda mi vida y a pesar de mis tristezas, se que había llegado en el momento preciso.
Aquella tarde de Agosto cuando el barco en que viajaba atraco en el muelle de San Juan, aquella tarde en la que descendía aquella amplia escalera, lo hacia solo de cuerpo, porque mi alma estaba opaca, venia de lo que yo reconocía como mi prisión flotante, aquella Isla que engaña y oprime mis mas dulces deseos de libertad, estaba harta de todo a mi alrededor, harta de las ordenes, las rutinas, los voces de mando, harta de todo aquello que obliga.
- Alice Bubbie. - Repitió el mozo que entregaba el equipaje un par de veces, no sé por que tarde en responder, pero lo hice, quizás estaba tan harta que hasta mi nombre no hacia bulto, quizás es un simple síntoma de aquel que siente que su identidad es falsa y que todo lo suyo es una mentira elaborada por terceros.
Debía tomar el tren que me llevaría a Polca, esas eran las ordenes de mi madre, debía darme prisa en conseguir un tren, ya que esta objetaba que San Juan eran un criadero de cerdos de demonios, criminales y no era apto para mi, no para una Bubbie. Quizás yo quería quedarme a conocer aquel criadero de cerdos, pero no tenia poder de decisión, era yo contra el mundo, el mundo que mi madre se había dignado a trazar para mi. Me encaminé hacia la terminal, como podía cargaba mi pesada maleta, me dirigí hacia la parada de taxis, intente tomar uno, pero un grosero hombre se encargo de apartarme del coche, mire con rabia el carro que salía y no me quedo mas que sentarme a esperar al fondo, en el espacio quizás mas oscuro de la terminal.
No tenia ganas de esperar, no por mi, sino por mi madre, yo sabia que de alguna forma ya se había trazado un itinerario de viaje, ella imaginaba que debía llegar a la hora que su retorcida cabeza planeaba, porque ella nunca entendería incidentes como el del taxi.
En medio de mi pensamiento, o quizás mi cruel augurio, un joven de edad quizás contemporánea había tomado mi equipaje y había huido de prisa, yo intente ir tras él pero se me hizo difícil alcanzar su ritmo, no logré salir de la terminal, mi torpeza me hizo caer al suelo, no sin antes gritar como una desquiciada para llamar la atención de alguien, pero quién, quién en su sano juicio haría eso por un desconocido, a veces mi inocencia podía sorprenderme. Como pude me puse de pie, me fui al un asiento para revisar mis rodillas y encontré allí una herida, tan fresca como un vegetal recién cosechado, levante mi vestido y con el mismo limpie con mucho cuidado alrededor, no era muy grande, ni dolorosa, solo muy escandalosa.
- Necesitas ayuda? - Una voz extraña, pero muy dulce llamó mi atención. Al levantar la mirada encontré a un joven del piel blanca y cabello oscuro que resaltaba una hermosa sonrisa y levantaba ante mi mirada la maleta que había perdido.
Me puse de pie frente a él y sonrei, en aquella terminal de recuerdos, aquella terminal que marcaba un inicio de manera latente en lo que seria el verdadero preludio de mi vida, sin pensarlo así era, sin esperarlo allí estaba.
Se que Raquel me mataria si se enterara que nuevamente estoy memorando esto, sé que me mataria si se enterara que voy nuevamente a Polca con el deseo de verlo en San Juan, pero no, se que no sucederá, lo sé por hechos no por suposiciones. Hace dos semanas le había enviado una carta diciendole que iria a Polca en estas fechas, pero no recibí respuestas, no sucedió lo que yo esperaba, él no respondió a mi carta y eso me hizo entender que me había olvidado, que quizás nunca fui para él, lo que él fue para mi.
Piere había hecho caso de lo que pensaba, de lo que me ordeno o de alguna forma me impuso, que lo olvidara, que comenzara de nuevo y que tratara de ser feliz, pero como hacerlo si siento que soy feliz a su lado, si soy feliz con él…
Diciembre, 2010
“Lo que el sol ilumina,
Lo que la luna oculta
En su capa trasnochada
Lo que Dios unió
Y el hombre separó
Somos extraños, un espacios yermo es nuestro escenario
Pero no existen mas actos para nosotros
El guión se extinguió
En las llamas de tus mentiras sosegadas.
Y mis sentimientos están suspendidos,
Mi corazón dividido en bandos desiguales, y mi razón gobierna con su carácter mas ofensivo.”
Mayo, 2011
Luis Mazzanti

No termina en un adiós y no comienza en un te amo

No termina en un Adiós, y no comienza en un te amo.
Necesitaba entender tantas cosas en tan poco tiempo. No era fácil comprender que ya no tenia quince años, ni mucho menos darme cuenta que me comportaba como cual niño inocente que llora por sus padres.
Repetía tantas veces lo mismo que para cualquiera hubiese sido tan fácil resolver el problema, pero para mi era tan o mas difícil que al principio. Aun creía en palabras huecas, aun me sonrojaba con frases vacías que solo formaban parte de un discurso tan bien elaborado que lograba engañarme constantemente. Yo sabia lo que pasaba y lo que pasaría, pero una parte de mi no quería evadir la situación, quería continuar, y lo hacia… Yo sabia que iba a llorar pero en aquel momento nada me importaba, era muy sencillo, solo tenia que creer que esta vez todo seria diferente, pero la vida me enseñaria que hay errores que se pueden cometer mil veces y penas que se pueden arrastrar toda una vida, y en ocasiones ni cuenta nos damos de eso.
Es como una necesidad, una necesidad de creer en algo, una necesidad de no estar inactivos por un periodo de tiempo, sin importar que estamos repitiendo los mismo errores una, y otra vez. No podría verlo como miedo a la soledad, yo lo veo mas como una excusa, una excusa que trasciende. Hace falta respetar las fronteras y hace falta quererse uno mismo para creer en un ‘te amo’. Somos tan hipócritas que a veces me da risa, creer que podemos engañarnos a nosotros mismo es la mentira mas grande que podemos arrastrar. Quizás no nacimos para estar solos, pero creo que tampoco para arrastrar a otros a nuestro lado. Quizás no sepamos todo sobre el amor, pero es necesario marcar la diferencia con la necesidad de atención, y mas aun conocer su amplio significado. Amar no es solo cuestión de dos, amar es cuestión de muchos, de todos… No termina en un Adios, y no comienza en un te amo.
Luis Mazzanti

Las cosas que se dan

Las cosas que se dan
Tantas cosas por decirnos, pero el orgullo nos ganó. Tantas interrogantes en mi mirada que merecían respuestas. Tantos caminos por recorrer y tantos sentimientos hermosos por expresar. Y se pierden en un circulo vicioso que nunca ha de acabar. Podría pensar que el golpe seco que dio la puerta por tu forma de huir significa algo mas, pero no, en ese momento pensar ya es algo tonto y llorar esta de mas. Tantas palabras que dijiste y ninguna fue real, tuve las agallas de creerte, lo hice sin pensar. La manera en la que siempre terminabas siendo la víctima jamás lo voy a olvidar. Con el tiempo te pregunte que era tu vida, y la respuesta me hizo dudar de tu felicidad. Nunca llegue a conocerte mas arriba del ombligo. Creo que nunca sabré con quien amanecí aquella mañana, o como te gusta el café o que tan tostado te gusta el pan. Llegaste para enseñarme que no todo lo que llega a tu vida es bueno, llegaste cuando aun creia en las hadas. Por tu culpa hoy me cuesta caminar y siento pedazos de vidrio rotos en los abrazos que me dan.
Luis Mazzanti

La muerte Roja

La Muerte roja
“Hacía tiempo que la Muerte Roja devastaba el país. Nunca hubo peste tan mortífera ni tan horrible. La sangre era su emblema y su sello, el rojo horror de la sangre”.
Edgar Allan Poe (1809/1849)
La muerte tiende a mostrar la parte más sensible de los vivos y la más serena de los muertos.
De pequeños evitan que conozcamos su dolor, posiblemente un error muy grande, es de humanos morir a diario, es de vivos vivir la muerte. Estamos tan encaminados a ella que sabemos que es lo más seguro que tenemos pero aun así no logramos apaciguar el dolor al ver caer a uno de los nuestros.
Todas las muertes están anunciadas, no el momento, no el lugar, pero si el hecho que se va a concretar, no es algo de lo que podamos huir, ni mucho menos algo en lo que debemos pensar a diario, la muerte es el final de un comienzo y quiero que lo vean como el fin de un algo y no como el fin de un todo.
En esta vida estamos llevados a experimentar un acervo de hechos, estamos llevados a vivir un conjunto de etapas que nos van formando como personas. Son episodios buenos o episodios malos, pero al final son retazos de una educación que no podemos apartar, algo que debemos aceptar y no podemos escoger.
En la vida hay muchos finales y muchos comienzos, no nos damos cuenta de esto porque estamos llevados por la teoría de un solo comienzo y un solo final, pero no es así, es más sencillo que eso. Es dejar de pensar de una forma, para hacerlo de otra, es dejar de hacer algo errado para hacer las cosas bien, es dejar de arrastras mentiras que se han hecho solidas con el tiempo, es dejar el miedo a un lado y comenzar a actuar según los lineamientos de nuestro subconsciente, romper ataduras y dejar de limitarse por tan largo tiempo.
“Aquel baile fue un espectáculo voluptuoso. Pero permítaseme hablar primero de los salones en que se celebró. Eran siete: todo un ámbito imperial… Pero en el corredor que envolvía los salones había, frente a cada ventana, un pesado trípode con un brasero de fuego que, al proyectar su resplandor a través de las vidrieras, inundaba de luz la estancia. Se producía así una profusión llamativa de formas fantásticas”.
Edgar Allan Poe
Hace poco experimente la muerte, fue sencilla, liberadora, no tuve miedo de ella, muchos me habían hecho creer que sería un horror, fue como volver a nacer, fue como soltar algo pesado que arrastraba sin razón alguna, fue un momento liberador y muy intimo, cabe destacar que a pesar del escándalo de la muerte roja ver correr esa sangre envenenada que se paseaba por mis venas fue algo muy jovial, fue una especie de ritual, alguna forma de limpiar mi cuerpo, pero ahora me pregunto si existe algún método para limpiar mi alma, para salvarla de una ponzoña muy bien elaborada que tardo un largo rato en hacer efecto.
“Y entonces reconocieron la presencia de la Muerte Roja. Había venido como un ladrón en la noche. Y uno por uno cayeron los convidados en las salas de orgía manchadas de sangre y cada uno murió en la desesperada actitud de su caída. Y la vida del reloj de ébano se apagó con la del último de aquellos alegres seres. Y las llamas de los trípodes expiraron. Y las tinieblas, y la corrupción, y la Muerte Roja lo dominaron todo.”
Edgar Allan Poe.

Luis Mazzanti

Pensar es de Valientes

Había una vez… había una vez porque es un tiempo que pasó, una época que ya ha terminado, o simplemente Había una vez, porque es solo cosa de cuentos, de ilusiones, de ficción.
Se llamaba respeto, muchos vociferaban sobre él, unos cuantos decían tenerlo, otros simplemente exigían su práctica, pero era extraño, nadie sabía realmente de que hablaban, de que se trataba aquella palabra tan repetida, era algo bueno? O al contrario, se trataba de algo malo?, la duda los invadía, pero en secreto lo mantenían, era más sencillo seguir murmurando, puesto que todo el mundo lo hacía, todos decían que merecían ser respetados y presumían ser respetuosos. 
Era más fácil estar determinado por el ambiente que te rodea que intentar emprender un ideal propio, hoy día parece que pensar es complicado, parece que pensar es cosa de valientes. 
Un día uno de esos cobardes intentó pensar, no se le hizo difícil, en aquella oportunidad logró darse cuenta de que el respeto se trataba del reconocimiento del valor de una persona, “EL VALOR DE UNA PERSONA” se repetía constantemente… Quien es esa persona ? Se preguntó. Acaso seré yo? Acaso ese valor que deben reconocer los demás es mío? Pero… Cuanto valgo yo? Cómo los demás pueden reconocer mi valor, si ni siquiera yo mismo lo conozco?
Cuando el cobarde comenzó a hacerse preguntas, se sintió un poco más valiente, no tenía las respuestas pero por lo menos tenía muchas preguntas que necesitaban ser respondidas, era un gran avance para ese mundo tan oscuro de la cobardía, ya había comenzado a pensar y estaba poco a poco dejando a un lado la dependencia de pensamientos que estaba experimentado.
Una tarde, después de una jornada de trabajo una idea rodeó su cabeza, era una pregunta más, quizás aquella lo acercaba más a esas respuestas que tanto necesitaba y que los demás no podían responder en su condición de dependientes, quizás ya estaba más cerca de entender como se jugaba con el respeto, de que se trataba.
Que tal si yo tengo que reconocer primero mi valor como persona? Es decir, y si soy yo el que tiene que respetarse primero? Eso tiene más sentido, claro… Si yo reconozco mi valor como persona puedo darlo a conocer, es mas, yo podría plantear límites para los demás, en tal caso yo sabría hasta donde pueden llegar, y hasta donde puedo llegar yo mismo. Y además sería algo mutuo, todos estarían poniéndolo en práctica, y así nadie tendría porque traspasar los límites de los otros, es sencillo. 
Creo que lo he entendido todo. Y hasta parece divertido, puesto que puedo exigir su práctica hacia mi persona tomando en cuenta que yo ya soy una persona respetuosa , una persona que vela por sus intereses, capacidades, preferencias, miedos o sentimientos y por los de los demás. Yo sería todo un respetuoso, y hasta bonito suena, creo que sí, creo que he entendido todo, de aquí me voy a contarle a los muchachos, sé que se reirán pero luego entenderán. Y de esto voy a seguir buscando, porque sé que no termina ahí.
Y así el cobarde se fue y les contó a todos su nuevo hallazgo, muchos se rieron como lo había predicho, pero luego entendieron su mensaje, comprendieron de que se trataba e intentaron indagar un poco más sobre aquella palabra tan extraña.
@MazzLuiggi: Las personas deben respetarse a sí mismas para luego poder exigir respeto de los demás.
Es una de las tantas cosas que podría decirse sobre esto. Me da un poco de vergüenza y pena ajena tener que hablar de ellos, de esos que creen que una acción realizada y repetida por un número mayor de personas es correcta, pues no lo es, antes de todo debemos preguntarnos si va en contra de nuestros principios, preguntarnos si nos estamos respetando a nosotros mismos. Es triste pensar que actuar como el resto del mundo es un estilo de vida, es triste, realmente triste ver mentes tan vacías, ver y escuchar personas que se valoran tan poco, ver y escuchar jóvenes que no tienen ni siquiera el ideal de querer algo mejor para su vida, para su entorno, para sus sucesores. Para muchos seré un hipócrita, pero es la verdad. No se cansan de equivocarse, ya no se permiten apostar por algo mejor, están acostumbrados a perder y no ven más allá de sus narices.
A veces se vale pensar por uno mismo, caminar por nuestros propios caminos, pensar en lo mejor, tomar en cuenta lo que queremos, avanzar hacia donde queremos llegar y hacer lo que queremos hacer.
Es cierto, la vida es corta, la vida es difícil para perder tiempo pensando, es cierto, dicen unos cuantos, pero también es cierto que seguir un rebaño de equivocados no hace tu vida mejor que la mía, también es cierto que al final de las sumas se comparan los resultados y para su mayor dolor, también es cierto que hoy día pensar es de valientes.
Luis Mazzanti