La Muerte roja
“Hacía tiempo que la Muerte Roja devastaba el país. Nunca hubo peste tan mortífera ni tan horrible. La sangre era su emblema y su sello, el rojo horror de la sangre”.
Edgar Allan Poe (1809/1849)
La muerte tiende a mostrar la parte más sensible de los vivos y la más serena de los muertos.
De pequeños evitan que conozcamos su dolor, posiblemente un error muy grande, es de humanos morir a diario, es de vivos vivir la muerte. Estamos tan encaminados a ella que sabemos que es lo más seguro que tenemos pero aun así no logramos apaciguar el dolor al ver caer a uno de los nuestros.
Todas las muertes están anunciadas, no el momento, no el lugar, pero si el hecho que se va a concretar, no es algo de lo que podamos huir, ni mucho menos algo en lo que debemos pensar a diario, la muerte es el final de un comienzo y quiero que lo vean como el fin de un algo y no como el fin de un todo.
En esta vida estamos llevados a experimentar un acervo de hechos, estamos llevados a vivir un conjunto de etapas que nos van formando como personas. Son episodios buenos o episodios malos, pero al final son retazos de una educación que no podemos apartar, algo que debemos aceptar y no podemos escoger.
En la vida hay muchos finales y muchos comienzos, no nos damos cuenta de esto porque estamos llevados por la teoría de un solo comienzo y un solo final, pero no es así, es más sencillo que eso. Es dejar de pensar de una forma, para hacerlo de otra, es dejar de hacer algo errado para hacer las cosas bien, es dejar de arrastras mentiras que se han hecho solidas con el tiempo, es dejar el miedo a un lado y comenzar a actuar según los lineamientos de nuestro subconsciente, romper ataduras y dejar de limitarse por tan largo tiempo.
“Aquel baile fue un espectáculo voluptuoso. Pero permítaseme hablar primero de los salones en que se celebró. Eran siete: todo un ámbito imperial… Pero en el corredor que envolvía los salones había, frente a cada ventana, un pesado trípode con un brasero de fuego que, al proyectar su resplandor a través de las vidrieras, inundaba de luz la estancia. Se producía así una profusión llamativa de formas fantásticas”.
Edgar Allan Poe
Hace poco experimente la muerte, fue sencilla, liberadora, no tuve miedo de ella, muchos me habían hecho creer que sería un horror, fue como volver a nacer, fue como soltar algo pesado que arrastraba sin razón alguna, fue un momento liberador y muy intimo, cabe destacar que a pesar del escándalo de la muerte roja ver correr esa sangre envenenada que se paseaba por mis venas fue algo muy jovial, fue una especie de ritual, alguna forma de limpiar mi cuerpo, pero ahora me pregunto si existe algún método para limpiar mi alma, para salvarla de una ponzoña muy bien elaborada que tardo un largo rato en hacer efecto.
“Y entonces reconocieron la presencia de la Muerte Roja. Había venido como un ladrón en la noche. Y uno por uno cayeron los convidados en las salas de orgía manchadas de sangre y cada uno murió en la desesperada actitud de su caída. Y la vida del reloj de ébano se apagó con la del último de aquellos alegres seres. Y las llamas de los trípodes expiraron. Y las tinieblas, y la corrupción, y la Muerte Roja lo dominaron todo.”
Edgar Allan Poe.
Luis Mazzanti
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