Muchos caminos y poco tiempo.
Cuando creía que engañaba al mundo, cuando imaginaba las palabras exactas a pronunciar, cuando repetía constantemente una frase, quizás larga, quizás corta, en la que solo buscaba encontrar un poco de verdad, esa verdad elaborada, esa que solo a mi podía beneficiar. No buscaba hacer daño a nadie, solo quería escapar de una realidad tan superficial que solo yo podía entender. Señoras y Señores, yo quería mentir, pero me di cuenta que no es tan simple como parece, no son solo palabras, son también bajos sentimientos, es dolor y es odio, muchas veces contra otros, pero principalmente contra mi mismo. Darme cuenta que todo lo que intentaba hacer era algo totalmente en contra de mi propia moral que caía al suelo como una cristal, me hizo preguntarme qué era lo que realmente intentaba hacer… Ayer, mientras subía la montaña mas grande que por lo menos yo había conocido, pude darme cuenta de lo pequeños que podemos ser, lo insignificante e injustos con nosotros mismos. No se trata de quien es mejor, ni de quien es mas grande, ni mucho menos de quien miente mas, se trata de aprender, de valorar y de avanzar. No se por qué pero lloré, lloré como cual niño de ocho años que extraña a sus padres y que tiene miedo del mundo, lloré porque sentÍ la necesidad de hacerlo. Al cabo de unos minutos me senté a pensar en todo aquello que a mis cuarenta y cinco años había vivido y todo aquello que en mi había muerto, ver tantas alegrías pasadas y tantos ratos desperdiciado por tan solo una mentira… Fueron tantas personas las que vi, fueron tantas lágrimas derramadas, fue tanto el dolor de perder a un ser querido que no quería una cuenta regresiva, yo solo quería empezar de nuevo, desde cero, para esta vez aprovechar lo que la vida me da, y para no derrumbarme ante lo que se va. Sabia que ante todo esto solo podía recibir burlas de mi semejantes, ellos me creen idiota, loco y hasta quizás lo que ellos llaman inmaduro tomando en cuenta su errada filosofía. No le haces daño a tus semejantes con las mentiras, o por lo menos no solo a ellos, tu eres el blanco principal, tú que grande te crees e idiota que lo crees a él, tú que pronuncias una oración de mentira, tú que haces daño, tú que no valoras lo que tienes, tú que no amas, tú que odias, tú deberias darle un espacio a alguien que si quiera vivir. Muchas veces debemos darnos cuenta que ha llegado el momento de abrir el puño y lo que se tenga que ir que se vaya. Nunca es tarde para comenzar. Hay muchos caminos, pero poco tiempo para escoger.
Luis Mazzanti.
domingo, 21 de abril de 2013
Muchos caminos y poco tiempo
19:15
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